Soy una mujer mexicana, disfrutando de mis 30´s en España, siguiendo mi amor por el servicio como he hecho siempre, o al menos, desde que tengo memoria.
Desde pequeña siempre he sabido que el contacto con la gente es lo que me enciende las ganas de vivir. Desde muy pequeña, mi sueño siempre fue irme a vivir a Europa trabajando de mesera y bueno, años después si estoy trabajando en Europa aunque de una forma muy diferente a la que imaginé.
Este deseo de servir se ha ido transformando con los años. Comencé estudiando la licenciatura de administración turística y me he dedicado a la hospitalidad desde diferentes ángulos desde entonces, buscando generar experiencias involvidables en la vida de otros.
Puedo decir que el estudio es uno de los pilares más fuertes de mi vida. He tenido diferentes facetas y pasiones en la vida, así que mi repertorio va desde las manualidades como la cerámica, tejido y bordado, hasta las artes como el baile hawaiano, árabe, jazz, hip-hop, la danza folklórica mexicana, danza aérea, salsa y zumba, y los estudios musicales de piano, guitarra, percusiones y canto. Después de un par de diplomados, decidí seguir estudiando francés e inglés y después me dediqué a las ventas. En ese momento, mi vida se volteó de cabeza cuando una de las personas más importantes de mi vida, mi madre, falleció en cuestión de meses después de haber sido diagnosticada con uno de los tipos de cáncer más agresivos. Buscando posibles soluciones, fue que me encontré con el mundo de la metafísica, las medicinas ancestrales y la espiritualidad. Sin hacer mucho caso a lo que descubrí en aquel mundo, me volví una estudiosa en el arte de ocultar mis emociones, de divertirme y disfrutar de la vida con la menor conciencia posible en las hermosas playas de Cancún, y se me dió tan bien, que logré ocultar esas emociones hasta de mi misma.
Entonces la vida me dio la oportunidad de crecer profesionalmente y con ello, mudarme a otra ciudad, donde no pude esconderme más y conocí a los maestros espirituales que me han formado y acompañado en este camino de autodescubrimiento a través de herramientas como el estudio del eneagrama, el subconsciente, la respuesta emocional y la sanación de traumas, las heridas de la infancia, astrología, cartomancia, quiromancia, kabbalah, Un Curso de Milagros, y diferentes técnicas de sanación energética como Thetahealing y Sanación Pránica. Conocí el mundo de la meditación y después de mi primer retiro de 10 días en silencio, descubrí que la meditación Vipassana era para mi y con ella busco cultivar presencia en cada momento.
Cuando llegó la hora de explorar otros senderos, me fui a hacer el Camino de Santiago y me tomé un sabático del trabajo de oficina para seguir estudiando. Esta vez, empecé a estudiar sobre el sonido y la vibración y me enamoré de esta terapia pues es una práctica muy noble, que funciona sin hablar y sin hacer mayor esfuerzo, solamente abrirse a recibir. Así, me certifiqué como terapeuta de sonido con cuencos del Himalaya por la escuela The Elephant Bowl, con el maestro Geoffrey Torkington y como profesora de Hathta y Ashtanga yoga con la escuela Kavaalya, quienes ven al yoga como una práctica más espiritual y menos de fitness. Y actualmente sigo estudiando. Ahora mismo estoy estudiando sobre el arte de aprender a recibir y de un posgrado en Psicología Holística y Coaching.
Así que soy una estudiante de la vida, me gusta autoexperimentar las diferentes formas de alcanzar el bienestar físico, psicológico y espiritual en mi misma a través de las herramientas que he aprendido a lo largo de estos años y que sigo aprendiendo cada día, de la mano de la sensibilidad a los planos sutiles que he desarrollado.
Y de poco sirve estudiar si no podemos compartir eso que aprendemos con otros, si no pasamos ese conocimiento a los demás. Así que disfruto mucho dando de vuelta a mi círculo cercano de amigos y también disfrutaré mucho acompañar tu proceso si así lo eliges.
“El sonido nos conecta de nuevo con nosotros mismos y con lo que sentimos. Lo que vemos afuera es solo el reflejo de lo que llevamos dentro, y cuanto más limpio y equilibrado esté nuestro interior, lo externo no tendrá opción más que brillar.”